Miro a mi hijo
sonrío
Yo conozco a Dios

El pibe

Mi casa huele como una vocal
como una vocal abierta
no tengo padres, no tengo madres, ni parejas, ni hijos
asumo mi condición de dios paralítico
soy como un camino de gotas sobre baldosas viejas
soy el fracaso a destajo
el sumidero de los desencuentros

Ya es hora que me saque los clavos de las manos

revueltas
escaramuzas
tus pelusas jugueteando en mi cuello
caricias de queratina

y al mirar el plato
el mismo frío pan de cada día
Qué estoy haciendo

respiro
sorbos
restos
un pececito en el agua
la luz de tu ojo reflejada en una de mis gotas
todo eso que me das y pasa
nada es mío
no me atrevo

Duro
Duro dejarte
como te dejo
A medio paso del abismo
a pulgadas de la soledad

Descanso en vos
me sostengo ante todos
y en vos descanso
en vos me desnudo
en vos me acobijo
y grito sin miedo a gritar
pero
no traigo agua
no traigo sol, ni cal, ni arena
te dejo bolsas de huesos
para que me armes

Me odio

Hemos creado el guerrero
Le dimos su hacha,
la mugre bajo las uñas
el barro en sus toscas botas
y ahí está;
con los dientes apretados y las encías sangrando,
la baba cayéndole loca de la boca,
con sus piernas como árboles
con su imagen como silencio
Quieto
sumido en una aparente e infinita espera
entumecido
ennegrecido
dolorosamente quieto
sin expresión
sin siquiera las facciones del dolor en lo profundo de sus ojos
Está
no se mueve
y te espera;
Nos espera