Punto y aparte,
no quiero
saber nada de eso, nada de lo que
no hay.
Hoy es allá,
no hay contemporaneidad en el fracaso de no conseguir
situarse,
no
hay trascendencia en el intento exprofeso de la voluntad.
Si todo
es
contenido en
la
respiración,
las cavilaciones están de más,
mueren en la oscuridad
de
tus
alvéolos.
No hay mirada al frente que justifique nada de lo que
has hecho,
mientras sobre el trapecio pise
el elefante que te acosa,
la animalia incipiente de tu mano sobre el mouse.
De esto no se desprenden muros ni piezas que
articulan, no hay destino ni revoque para sacrificar.
Así es y así está,
vaya uno a saber
quién desvestirá las navajas
para tocarle música
al que no escucha.
Resistir, suavemente enquistado en el abdomen de una
jota o en las inexploradas posibilidades de una zeta…esperando…
Ni joven
ni fugaz,
viejo…
con un cuchillo
entre los dientes